lunes, 30 de enero de 2017

Un paseo literario por calles de Murcia



Una ciudad no está compuesta tan sólo por edificios, farolas, parques, peatones, cafeterías y sucursales bancarias, sino que tiene detrás una historia. Paco López Mengual, que suscribe esta idea y que es un mago de la mirada y la memoria, ha decidido centrarse en el anecdotario de la ciudad de Murcia y ha compuesto un volumen donde recupera para nosotros docenas de curiosidades relacionadas con el mundo de la literatura.
Comienza su viaje en un lugar emblemático de la capital, el ficus de la plaza de Santo Domingo, que ya ha provocado tres muertes por caída de ramas desde que Ricardo Codorníu plantara aquel esqueje traído desde Australia en 1893. A continuación, refiere la rocambolesca historia de Jaime Alfonso el Barbudo, bandolero sanguinario, lector voraz, ultracatólico, héroe en la Guerra de la Independencia y, al fin, protagonista de un sonado ahorcamiento, de un meticuloso proceso de descuartizado y de una vengativa dispersión de sus restos. Después nos resume el histriónico milagro ecuestre que se atribuye al antisemita Vicente Ferrer y la curiosa maldición incendiaria que un dominico lanzó sobre el teatro Romea (soslayada con una estratagema numérica por parte de la empresa propietaria).
A partir de entonces, y saltando hacia atrás y hacia adelante en el tiempo, el autor nos va trasladando interesantes noticias sobre dos premios Nobel profundamente enraizados con nuestra tierra (José Echegaray y Jacinto Benavente); sobre aquel malhadado vecino de la capital al que, en pleno siglo XVIII, le brotaron unos cuernos en la frente y hubo de ser intervenido en Madrid; del envenenado crimen de La Perla (siglo XIX), que provocó tristes daños colaterales; de la vinculación del caravaqueño Miguel Espinosa con el café Santos; o de ciertas prácticas truculentas de la Inquisición, ese organismo criminal que ideó la iglesia católica, tan amante de la barbarie y la piromanía.
Dos semblanzas conviene leer en este volumen con especial atención, por el espíritu novelesco que anida en ellas: la que protagoniza Antonete Gálvez, el León de la Huerta, héroe cantonal y líder admiradísimo; y la que tiene como eje a Charo Baeza, célebre en todo el mundo desde que Xavier Cugat se la llevase de gira promocional a los Estados Unidos de América.
Con una prosa endiabladamente seductora, con un sentido del humor capaz de encandilar a cualquiera y con una documentación de fondo que Paco López Mengual se ocupa de convertir en un relato ameno, este paseo literario por calles de Murcia se convierte en uno de los trabajos más interesantes del final de 2016, porque nos permite disfrutar mientras aprendemos (aquella vieja máxima del “enseñar deleitando” horaciana, que el autor de Molina convierte más bien en un “deleitar enseñando”).

Empiecen 2017 leyendo esta obra. Seguro que me lo agradecen.

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