lunes, 26 de abril de 2010

Objetivo: Adolf Hitler



Un buen día, Miguel de Cervantes se despertó con una idea rondándole por la cabeza: ¿qué pasaría si un hombre, a fuerza de leer libros de caballerías, se volviese loco y diese en la insensatez de convertirse en caballero, para arreglar los problemas del mundo? De esa forma nació el germen de la novela Don Quijote de la Mancha. Otro día, Kafka sintió una curiosidad: ¿qué pasaría si un hombre se despertara convertido en un insecto tremebundo, repulsivo? ¿Cómo encajaría la transformación? ¿Cómo mutaría su existencia a partir de ese instante? Ése fue el germen de La metamorfosis. Podríamos multiplicar los ejemplos por miles, e incluso por millones. Y es que no en vano dice el crítico Gianni Rodari que buena parte de la literatura proviene de alguien que se formula esa interrogación (¿Qué pasaría si...?) y comienza a darle vueltas a todas las implicaciones argumentales y psicológicas que se derivan de ahí.
Patrick Ericson, un buen día, comenzó a preguntarse qué habría ocurrido si, en un determinado momento de la Segunda Guerra Mundial, las cosas hubieran adoptado un rumbo diferente al que históricamente tuvieron. Supongamos (se dijo el novelista) que los generales más cualificados de Adolf Hitler consiguen, de un modo u otro, hacerse con el control de la situación durante un tiempo, sin que ello implique la muerte del jerarca nazi, ni su pérdida del poder. Y supongamos también que, gracias a su pericia y su preparación militar y estratégica, alcanzan el objetivo de enderezar el rumbo de la contienda, que la obstinación y la ignorancia de Hitler precipitaron hacia el fracaso. Esos mismos generales, conscientes de la importancia suprema de dedicar la máxima atención al desarrollo armamentístico, seguramente invertirían ingentes cantidades de dinero en la investigación de los nuevos prototipos que necesitaban la Luftwaffe y la Wehrmacht, incluidas las armas atómicas. ¿Qué habría pasado entonces? ¿El ejército nazi habría logrado su sueño de conquistar el mundo? Pero su aguda mirada de novelista inteligente hace que Patrick Ericson vaya más allá e introduzca un elemento de inestabilidad y de intriga en el entorno de Hitler: alguien está poniendo todo su empeño en matar al dictador. Y, por si eso fuera poco, se nos va insinuando durante toda la obra que un importante colaborador del autor de Mein Kampf está conspirando contra él, para hacerse con los resortes del futuro Cuarto Reich.
Algún lector podría pensar, receloso, que la novela Objetivo: Adolf Hitler se construye sobre dos tópicos muy manoseados en la literatura reciente: el mundo del nazismo y el mundo de la historia-ficción. No habría forma de negarlo, desde luego; ni tendría sentido hacerlo. Pero añadiré un detalle más: la obra de la que hoy hablo es una espléndida novela. Una narración en la que se aprende mucho sobre la Segunda Guerra Mundial (sin que el autor cometa jamás el error de darnos lecciones pesadas o extraliterarias); una fantasía galopante en la que nunca cabe el aburrimiento; y, por encima de todo, un despliegue de habilidad argumental fuera de lo común (en ningún instante se llega a descubrir por dónde viene la sorpresa que el autor, habilidoso y maquiavélico, nos reserva para las últimas páginas).
Yo, que no soy lector aficionado a las tontunas facilonas, me he sentido subyugado por la forma de escribir de Patrick Ericson y he notado cómo la historia que me iba contando me llevaba en volandas desde el principio hasta sus líneas últimas, las cuales no desentonan con la intensidad general de la novela. He leído dos piezas suyas que participan de un similar espíritu (Génesis, el ritual rosacruz y la más reciente El ocaso de las siete colinas) y sé que continuaré frecuentando todos los volúmenes que vengan en el futuro de su mano, porque me aportan calidad de fondo y calidad de forma: buenas y documentadas tramas, buen manejo del análisis psicológico de los personajes, buena habilidad literaria para contarlas al público. ¿Se le puede pedir más a un libro de entretenimiento? De tal forma que yo lo tengo clarísimo, después de leer Objetivo: Adolf Hitler (publicado por Styria): Patrick Ericson es el novelista de acción, esoterismo y misterio más prometedor que ha dado Murcia en toda su historia. Dicho queda.

3 comentarios:

Leandro dijo...

Eso son palabras mayores. Claro que prometedor es el que promete; la cuestión es, además, cumplir. Y eso también son palabras mayores

supersalvajuan dijo...

Dicho queda, damos constancia. Otra que apuntar, qué envidia!!!

Gomes y Cia dijo...

Extraordinaria novela como magnífico es su autor, comparto la opinión de Rubén, porque leer las novelas de Patrtick supone dejarse atrapar por una potente droga, de forma que cuesta Dios y ayuda cerrar el libro para suspender la lectura. Con el próximo, propongo que inserten una separata con excusas absentistas, merecería la pena para acrecentar el disfrute de su lectura.